La formación profesional dual es una modalidad dentro de la formación profesional que realiza en régimen de alternancia entre el centro educativo y la empresa, con un número de horas o días de estancia en ésta y en el centro educativo.
Inspirada en sistemas que llevan años funcionando con éxito en otros países europeos como Alemania o Austria Durante el desarrollo del programa en la empresa, el alumno recibe una beca salario y, a su vez, debe cumplir con el horario que le fije la empresa. En este aspecto reside la principal diferencia con el modelo ordinario de FP, que sólo contempla una estancia limitada de tres meses en la empresa una vez que el alumno concluye su ciclo formativo en el centro.
El calendario de medidas recientemente impuesto por la Comisión Europea a España incluye que la formación profesional dual sea aplicada más allá de la fase piloto actual.
Las ventajas de este modelo son:
– Adquisición de competencias en el propio lugar de trabajo.
– Rápido tránsito de la formación al mercado laboral.
– Fácil acceso al empleo por la implicación de las empresas
– Las empresas obtienen desgravaciones fiscales
Los dos principales inconvenientes:
– El perfil empresarial de España es muy distinto al alemán.
– Falta de personal cualificado para formar en las empresas.
En noviembre de 2012 se publicó el Real Decreto en el que se establecen las bases de la formación dual en España. Es un cambio profundo en la formación profesional, para conectarla con el mundo empresarial. En España hay unos dos millones de jóvenes que no trabajan ni estudian y la Formación Dual que incluirá a chicos y chicas de hasta 30 años mientras dure la crisis, puede ser una herramienta para revertir esa tendencia.
La formación dual se formalizará con un convenio con la empresa a través de un programa de becas de entre 250 y 500 euros. Según la secretaria de Estado Engracia Hidalgo, el principal objetivo es que el 57 por ciento de los jóvenes cursen estas enseñanzas. “Hasta aquí la evolución ha sido esperanzadora”, ha dicho, desde que entró en vigor en febrero hasta ahora se han firmado 37.310 contratos.
– los alumnos recibirán en las empresas al menos un 33 por ciento de las horas lectivas, dependiendo del ciclo formativo.
– el contrato que se suscribe tiene una duración mínima de un año y máxima de tres
– cuenta con la máxima protección social, incluida la de desempleo.
– para las empresas de hasta 250 trabajadores, se bonifica el 100 % de la Seguridad Social; para las que tienen más empleados la bonificación es del 75 %.
– si el alumno es discapacitado, la duración máxima del contrato será de hasta 4 años y el 25 % del tiempo de prácticas lo podrá dedicar a rehabilitación.
– si al cabo de tres años el contrato sigue en vigor, se transformará en indefinido y por cada uno de los años que ha durado habrá una bonificación de 1.500 euros, 1.800 si es mujer.
La implantación de esta modalidad depende, como en toda la oferta educativa, de cada Comunidad Autónoma.