Los haces de luz de la fibra óptica son desviados por las vibraciones sísmicas generando así una alerta contra los terremotos.
Con el objetivo de evitar muertes causadas por catástrofes naturales, varias universidades, centros de investigación y empresas privadas han centrado sus esfuerzos en la investigación de las catástrofes naturales y en cómo adelantarse a ellas.
La Universidad de Berkely, en uno de sus últimos trabajos, se basa en la detección acústica distribuida mediante la fibra óptica. Definiéndola, así, como la red más rápida para detectar cualquier temblor sísmico.
Los campos de ondas sísmicas se forman gracias a los disparos de pulsos cortos de láser en la fibra óptica y es ahí donde se centra este sistema. Los movimientos sísmicos crean vibraciones en la fibra óptica, de manera que parte de la luz láser se dispersa. Los investigadores son capaces de detectar la actividad sísmica midiendo la luz que se pierde entre los extremos del cableado.
California (una de las zonas con más actividad sísmica) ha sido el lugar escogido para esta investigación. Detectaron también movimientos sísmicos en México, Perú y Alaska. Este sistema incluso les permitió averiguar el horario de los trenes de esa zona analizando las vibraciones que se producían en la fibra óptica.
El Centro de Investigación Alemán de Geociencias, en 2017, hizo uso de este sistema para realizar pruebas y ubicar sismos en una falla debajo del océano.